La veleta y la margarita


Tú te dejas llevar por el viento, tan rígida y tan manipulable a la vez. Norte, sur, este, oeste; qué más te da. Te muestras inamovible hasta que viene una ráfaga más enérgica y fuerte que tu, y te columpia a su antojo. No sabes que, como mismo vino, se va. Cuando no le interese tu movimiento se irá en busca de otra danzarina; cuando no le bailes al son que te marca, te dejará. Apuntas allá donde te indica, sin preguntas, sólo obedeces. Crees que al menearte con tanto ritmo estás viva, pero la vida que piensas tuya no lo es realmente. Es de quien te mece, de quien cambia tu rumbo cuando y como quiere. Lo hace, en primera instancia, con disimulo, suavemente, para que no lo adviertas y se te escape la oportunidad de ofrecerle resistencia. Si intentas oponerte lo más mínimo, él dirige hacia a ti una racha más potente para doblegarte y así ya no tienes excusa para no seguirle. Podrías ser más firme y flexible a la vez; firme para que no puedan convencerte sin argumentos aunque lo que actúe contra ti sea un huracán; y flexible para que puedas moldearte atendiendo a los vientos que más te favorezcan.
Y tú, blanca y amarilla, actúas de igual forma ante el astro rey. Cobras vida cuando él se enciende. Te entristeces y miras al suelo cuando él se va a dormir. Te giras siempre mirándole de frente, como si esperaras algo de él, una aprobación, una lección, una palabra de apoyo o una regañina, una decisión que por ti misma no te atreves a tomar. Se vuelve a ir, noche tras noche, sin darte ningún consuelo, cuando ya tú lo creías fijo. Vives por él pero el sol no te aporta nada más allá de lo que considera necesario y justo con el fin de que continúes siendo su fiel seguidora. ¿Has pensado alguna vez qué sería de ti si un día él no despierta? Tú tampoco lo harías. Eres inerte por ti misma, o de ello estás convencida. No eres consciente del potencial que posees, nunca has probado a moverte, despertarte, vivir, a seguir tu propia estela sin dependencias de ningún tipo. Si lo hicieras, te sorprenderías.

Comentarios

  1. Ni margarita ni veleta........yo misma

    me encanta, sige así

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias!! Aunque no sepa quien lo escribe, gracias por leerme.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un mes como cajera

Mirando atrás

Micro-relato #reto5lineas Abril 2019 - Corazón desbocado