Amig@


Cinco letras. En esas cinco letras perfectamente ordenadas se encierran muchos significados, vivencias, secretos, risas, lágrimas, bromas, confidencias, viajes, fiestas y algún que otro enfado y ceses temporales del diálogo también.
Cada uno de ellos me aporta algo diferente. En algunos sé que puedo confiar mis mayores temores que nunca saldrán de su boca. En otros puedo pensar para organizar fiestas, que indudablemente sería el mejor evento del año.
Muchos me han acompañado desde la edad escolar, y siguen en la actualidad compartiendo acontecimientos. Otros tantos me los he ido encontrando por el camino, y los he añadido a mi agenda más personal. Me han aportado lo que necesitaba en ese preciso momento. El destino, ese gran titiritero que pone todo lo imprescindible a tus pies justo cuando lo requieres, en tiempo, forma y lugar.
Algunos me han decepcionado, todo hay que decirlo. He tenido más desengaños de los que hubiera querido. Depositas amistad en alguien que supuestamente te aporta lo mismo, pero al final sólo estuvo movido por interés. Todos tenemos algún interés que cubrir, y no es nada ilegal ni inmoral. Lo injusto es cuando trepas sobre los demás para conseguir tus metas sin importarte las consecuencias.
Otros desencantos están basados en los cambios de situación de ambas partes. Te das cuenta de a quién le importas verdaderamente cuando están cada uno a sus cosas y aún así sigues sabiendo de esa persona, sabes lo bien o lo mal que le va, esa persona se preocupa por ti también, y se alegra de tus progresos y te consuela en tus penas. Sin embargo, en esas fases de la vida también me he llevado sorpresas no gratas.
Hay personas que se alejan de tu lado por simples roces, otras que por insensatez, tozudez o estupidez y no hablar en el momento adecuado desaparecen de tu vida sin más, por algún malentendido que hubiese tenido solución de haberse aclarado cuando ocurrió. Algunos de ellos vuelven tras alguna disputa, que tanto puede durar unos días como dos años, pero regresan, con más ilusión y como si nunca se hubieran marchado.
En cuanto a otros eres consciente de que van o vienen según les dé el viento. No tienes nada seguro con ellos, y a mí personalmente son los más que me perturban, pero cuando estás con ellos es como si siempre hubiesen estado, sin idas ni venidas, y contradictoriamente, esto es lo que más impotencia me genera, saber que si siempre estuviéramos juntos, derrocharíamos sonrisas por doquier.
Algunos los extraño en este momento. Otros que ya no me acompañan como antaño, me han dado la oportunidad de saber que ya no me hacen falta. Muchos de los que tengo en la actualidad han sido casi espontáneos, no pensados ni buscados, pero son los que más valoro.
Durante todos estos años he ido sumando y restando amistades. En cada momento he tenido al que exactamente he requerido, y estoy agradecida por ello. En este momento los que tengo no destacan por la cantidad sino por la calidad.
Los que se han ido lo han hecho libremente, y los que se han quedado también. Les diría algo a aquellos que se han ido sin más, pero como siempre, el destino proveerá.
Y esto te lo dedico a ti, al que alguna vez lo ha sido y al que lo sigue siendo. No son sólo cinco letras. Esta palabra incluye mucho más, y que he tenido la tremenda suerte de compartirlo. Si ya no estás conmigo, adiós, y si aún permaneces conmigo, gracias.

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