Página en blanco

Te sientas delante de un papel virgen para ti, con  la intención de hacerlo todo tuyo y que albergue lo mejor de ti. Quieres transmitir todo lo que se te pasa por la cabeza en ese momento, o todo lo que has ido guardando en tu pecho durante el día.

Pero qué difícil es llenar una hoja en blanco ¿verdad?

Pasa lo mismo cada mañana al despertarte: te levantas perezoso de la cama, los ojos se van abriendo tímidos entre las primeras luces del día. En tu mente vas repasando el orden del día, pero tu subconsciente sabe que no va a ser fácil. Te lo tomas como una rutina, aunque sabes en lo más profundo de tu ser que darle vida a 24 horas no es tan mecánico.

Cada día es una nueva oportunidad para escribir esa página en blanco que te regala la vida. El día empieza desde que pones un pie en el suelo y decides con qué cara mirarte al espejo mientras te peinas. Sólo tú decides cómo vivir y escribir tu vida.

Pero qué difícil es llenar una hoja en blanco ¿verdad?

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