Sin rencor
Si vuelves algún día,
no expliques tu regreso,
que sea como si nunca
sucedió tu abandono.
Resume tus palabras: tan
solo con un abrazo,
que yo con la mirada diré
sí, te perdono.
No es que pierda mi
orgullo,
no es que te dé la razón.
A veces en la vida nos
ciega una barrera
que no nos deja ver el
otro corazón
que también sufrió la
angustia de la terrible
espera.
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