Encrucijadas del destino

Cuando el destino te pone entre la espada y la pared empiezas a no dejarte llevar por ese director de tragicomedias del que te habías fijado en otras escenas de tu vida….Siempre he pensado que la vida pone ante ti exactamente lo que necesitas y en el momento perfecto. Pero esta vez no ha sucedido así.

Ahora, el universo me ofrece la oportunidad de progresar, que es lo que justamente necesito, pero con la condición de que deje atrás lo único que permanece estable en mi mundo y que puede perdurar así mucho tiempo. Entonces, esta vez será la primera excepción que confirma la regla que yo suelo seguir.

Es muy enrevesado este destino, muy contradictorio en este caso. Quizás sea que se ha ido de vacaciones y su sustituto no es tan claro. Me ilumina en una dirección y acto seguido me enciende un gran foco cegador en el lado contrario del escenario.

Partiría en busca de nuevas experiencias, de un mejor nivel de vida. Sin embargo, esto supondría despojarme de muchas cosas positivas que me rodean y que quizás al volver, no me las encuentre en el mismo estado. Además, cualquiera de las dos posturas me parece egoísta, de una forma o de otra, de la misma manera que me siento cobarde y valiente a la vez.

Soy egoísta si escucho a mi corazón y sigo con el mismo estilo de vida, pero también lo seré si me separo de lo conocido y corro detrás de un nuevo porvenir. En cualquiera de los casos tendré a las personas que me quieren pendientes de mi proceso, intentado que no decaiga mi ánimo. Seré valiente si decido seguir los dictados de la masa gris pues no es fácil lidiar con los toros bravos que se presentan diariamente. Pero contemporáneamente estaré siendo cobarde si permanezco anclada a la rutina.

Incomprensión, inseguridad, miedo, ignorancia, impotencia…. Muchos sentimientos entremezclados que no se pueden dejar en manos de este destino tan indeciso.