Enganchada

Nunca me ha sonado bien esta palabra. Pero no hay otra.
¿Estoy enganchada, me tienes enganchada? ¿Cuál es la mejor manera de decirlo?

No estoy segura. Después de que me enseñaras esa puerta al paraíso, esa puerta que no temí cruzar, y que ahora pienso que era mejor no terminar de abrir. Porque me gustó tanto que hasta me asusté. 

O quizás estoy asustada porque me gustaría volver a caminar a través de esa puerta.

Fue como si siempre hubieses estado ahí, como si estuviera acostumbrada a ti, pero con la emoción del momento. Primero creí que no sería capaz, y luego salió sólo, sin forzar, naturalmente. Sabíamos que pasaría. Sabía que me engancharía, y aún así no quise dejar de arriesgarme.

Hacía mucho tiempo que eso no me pasaba, despertaste mis sentidos y emociones dormidos. Vibrar, soñar, sonreír sin sentido, volar, pensarte, imaginarte. Ya no puedo parar. 

No puedo desengancharme. Te has metido dentro de mi ¿ahora cómo te saco?

O quizás no quiero sacarte. 





Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mes como cajera

Mirando atrás

Micro-relato #reto5lineas Abril 2019 - Corazón desbocado