Miedos

Un monstruo viene a verme. Y no, desgraciadamente no es como el de Bayona, que al menos deja una enseñanza positiva después de poner patas arriba el mundo del niño. Este da más miedo aunque es más bajito y sonriente. Este tiene los ojos amarillos y es de color verde, muy peludo. Y debe haber salido de la ducha o de darse un baño en la marea, porque tiene el pelo húmedo y encrespado. Será porque tener las greñas así también me da miedo.

Y es que estamos hablando de los miedos propios. Miedo a no dar la talla. Miedo a que me cambien por otra como en el pasado, por otra totalmente opuesta. Yo soy morena, ella será rubia. Yo con el pelo rizado, la competencia tendrá el pelo liso. Yo mis pechos son como dos peras, a él le apetecerá ahora melones. La prisa maneja mi vida, y ella va a su ritmo. Mis demostraciones de amor no han sido siempre abundantes ni fáciles de captar porque soy lo más parecido a un iceberg, las de ella se pueden saborear todos los días.

Si la quieres vete. Eres libre a pesar de lo que nos une. Pero dímelo claro, no le des vueltas, no hables con ella a mis espaldas, no me hagas sentir así de insegura, de celosa, de desconfiada de mí misma y de ti. No nos merecemos esto. Nuestro amor no se merece esto. Te perderé a ti y también a ella. Perderé la vida que habíamos soñado para los dos. Todo lo que habíamos construido se derrumbará. Y yo me sentiré así también, perdida, derrumbada. Pero, tranquilo, solo será por un tiempo. Nada dura para siempre. Y lo nuestro es el mejor ejemplo.

Resultado de imagen de monstruo verde ojos amarillos

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mes como cajera

Mirando atrás

Micro-relatos en tiempos de confinamiento II