27

Un año más. Otro año más. Otro cumpleaños más. Pero nunca más cumpliré 27 años.
 
Algunos me dirán que en cada cumpleaños se cumplen todos los años anteriores a la misma vez. Y puede que tengan razón, pues lo primero que solemos hacer, o al menos yo, es recordar la andadura de los últimos 365 días, cómo nos ha ido, hacer balance como si de nuestro particular fin de año se tratara, rememorar la última celebración, con flashes incluidos de quién se acordó de ti para felicitarte por alguna red social, a tu móvil, quién se pasó por la celebración, y quién no tuvo tiempo de felicitarte y quién, aún teniéndolo, vivió ese día como cualquier otro, sin (querer) percatarse de tu aniversario.
 
Lo que me está ocurriendo a mi en los últimos cumpleaños es lo que voy a llamar "decaimiento pre-cumpleañera". No sé si ya tienen acuñado el término, sino ya me encargaré yo. Puede que suene a cuento chino, a broma incluso, o quizás a más de uno le haya pasado o le pase en breve.
 
Me siento muy orgullosa, contenta y arropada por la familia que tengo. Nunca se han desentendido de mi en ningún aspecto. Somos muchos, y si no está uno presente, está el otro, con la siempre omnipresencia de mi madre, claro.
 
Este año no quería celebraciones, por eso que les cuento del decaimiento pre-cumpleañero, y ellos se unieron en casa de los patriarcas, con tres tartas con unas cuentas velas para apagar, y aunque fue una fiesta muy familiar y tranquila, lo pasé genial y me olvidé por un momento de lo que andaba trasteando mi cabeza.

Y estos detalles que me hacen tan feliz, a la vez me hacen sentir en deuda con ellos, como otras tantas veces. Sé que ellos jamás lo harían con esa intención, pero es así como me siento. Les debo mucho, y no se trata de dinero ni regalos, se trata de detalles, cariño, amor, entrega, alegría, risas, compañía... todo eso que no se encuentra en las tiendas.

Sinceramente, dudo que viva para agradecer tanto a toda mi familia. Aunque creo que genéticamente estoy concebida para aportarles lo mismo a ellos, como mínimo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un mes como cajera

Mirando atrás

Micro-relato #reto5lineas Abril 2019 - Corazón desbocado