Tarde entre amigos

En una conversación normal entre dos amigos, con formación universitaria y en idiomas, se me ocurrió preguntarle pecando de ignorante, que cómo era que no se había ido fuera a trabajar, pues en otros países requerían su perfil. Su respuesta fue la siguiente: "Me gasté todo mi dinero en un máster y no puedo mudarme. Ahora tengo un bonito mantel individual".

Había reflejado en pocas palabras el dilema que todo universitario se ha planteado como mínimo una vez después de salir de la burbuja de algodones en la que se convierte la facultad, cosa que reconocemos a posteriori. Al menos a mí me ha pasado y me sigue pasando, por desgracia.

Es la pescadilla que se muerde la cola, aunque suene a tópico. O emigramos a buscarnos un futuro fuera de nuestra tierra, o nos quedamos e invertimos en nuestro futuro aquí, cuyos frutos no se prevén a corto plazo. Ambas opciones suponen correr riesgos, pues ir a otro país no asegura el éxito tampoco, ni siquiera la supervivencia, y quedándote a estudiar algo más supone un gran esfuerzo económico en el actual panorama de crisis. Lo más optimistas dirían que, al menos, tenemos opciones.

Seguimos la conversación y en el transcurso de la misma mi amigo se convierte en la segunda persona de la semana que me recomiendo el popular libro ¿Quién se ha llevado mi queso?, que ya he leído hace años, y como éste, otros muchos sobre la misma temática, y por esto mismo opino con conocimiento de causa que no son aplicables a la era en que vivimos. Creo que esos textos fueron pensados y bien pensados para personas que aún teniendo posibilidades reales de éxito, no se lanzaban a por él, por miedos, inseguridades, pesimismo o pereza. La diferencia con los tiempos que corren actualmente radica en que ahora no existen posibilidades de éxito reales, ni siquiera al 10%. Habría que crearlas. Pues nos sobra ganas, motivación, creatividad, formación. Y también obstáculos.

Comentarios

  1. ¡Fantástico! Una gran síntesis de aquella tarde. Buen trabajo :)

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