Adiós y gracias
Querido amigo del pasado: De alguna manera aún sigues conmigo, y aunque ya no quisiera recordarte, he de decirte que aprendí mucho contigo y de ti. Aprendí a que puedo ser fuerte, incluso más allá de lo que parezco en primera instancia. Aprendí que todo llega a su hora, y no antes ni después, ni cuando me empeño hasta ofuscarme. Ahora gracias a ti sé que la amistad, el amor y la alegría hay que vivirlas en el momento, se podrán recordar, pero jamás revivir, son sentimientos del momento. Por el contrario, ahora sé que si me descuido, la angustia y la tristeza pueden volver a atraparme si pienso demasiado en el pasado. Por esta razón, prefiero quedarme con estas enseñanzas que me has dado y desechar tu recuerdo. Por esta razón, hoy te doy las gracias. Por esta misma razón, hoy te digo adiós.